Skroller S.L. es una startup valenciana que ha desarrollado y patentado el primer respaldo portátil para patinetes eléctricos que mejora el control, la estabilidad y el confort del usuario reduciendo el riesgo de accidentes y lesiones, mejorando así la experiencia de uso. Por tanto, corrige el defecto estructural del patinete eléctrico, ya que es el único vehículo de dos ruedas que carece de un punto de apoyo más allá de las manos, lo que acarrea una importante pérdida de estabilidad.

La activación del cuerpo como centro de gravedad incrementa la estabilidad y habilita las manos, permitiendo señalizar los giros con total seguridad ya que Skroller se encarga de mantener equilibrio y el control sobre el patinete. La nueva posición ergonómica incrementa el campo de visión hasta los 160º ya que ahora además de girar libremente la cabeza puedes rotar el tronco para mejorar la visibilidad.

El dato que mejor refleja la necesidad de Skroller, es que el 90% de los accidentes registrados en patinete son causados por imprudencias y la falta de control del propio usuario. Skroller se posiciona como facilitador de la transición a la movilidad eficiente y ecológica ya que reduce en un 40% la percepción de riesgo en patinete eléctrico, convirtiéndolo en el vehículo óptimo para moverse por la ciudad.

Skroller es la herramienta capaz de acercar un medio de transporte (a toda la población y de forma inmediata) que cumple con lo descrito por el el Consejo de Transportes de la Unión Europea:
– responde a las necesidades básicas de acceso y desarrollo de individuos, empresas y sociedades, con seguridad y de manera compatible con la salud humana y el medioambiente;
– resulta asequible, opera equitativamente y con eficacia además de que apoya una economía equitativa y el desarrollo regional equilibrado;
– limita las emisiones y residuos, usa energías renovables y minimiza el impacto sobre el uso del suelo y la generación de ruidos.

Skroller no solo contribuye a una ciudad más saludable debido a la reducción del tráfico y la contaminación derivado del incremento en el uso de los patinetes, sino que como consecuencia de la disponibilidad de un medio de transporte tan cómodo y rápido, los ciudadanos son capaces de acceder a zonas y actividades que tienen lugar en áreas más alejadas de su radio de acción habitual. Derivando en una mayor calidad de vida y una mayor inclusión social, consecuencia de la reducción del tiempo y coste respecto a los desplazamientos intraurbanos actuales.
Otro factor derivado de la transición a los patinetes eléctricos es la consecuente reducción de la infraestructura necesaria para comunicar la ciudad para el tráfico habitual, incluido el transporte público, pues todo este espacio puede pasar a ser zona verde o de uso social.
Skroller pretende demostrar mediante un estudio biomecánico que favorece no sólo la posición antinatural de la conducción del usuario del patinete sino que reduce drásticamente la fatiga muscular y el riesgo de lesiones en trapecio, deltoides y zona lumbar del usuario por su uso diario.

Mediante el impulso del patinete eléctrico como medio de transporte en la ciudad de Valencia, se garantiza la reducción de emisiones de C02 a corto plazo y permite un crecimiento orgánico y sostenible del número de desplazamientos diarios en las ciudades. Skroller hace accesible un medio de transporte ecológico y sostenible que acelera a la descarbonización de CO2 ayudando a Valencia a ser una de las 100 ciudades climáticamente neutras de emisiones antes de 2030.