Nos presentamos a este premio porque para nosotros “sostenibilidad” (medioambiental, social y económica) no es una etiqueta o un argumento de venta, ni mucho menos una moda o tendencia, sino una forma de pensar, y en consecuencia, de actuar.
De hecho, la empresa nació para cumplir dicho objetivo, por lo que podemos decir que para nosotros ser un catering sostenible es una finalidad, y no un valor añadido.
Un catering sostenible es aquel que desde el principio de su actividad, (elección de productos, elección de proveedores, compras, elaboración en cocina…) hasta el momento que el servicio se ejecuta, tiene siempre presente y lucha por ser lo más sostenible posible, comprando productos de proximidad, artesanales y si es posible ecológicos y de comercio justo, a proveedores locales, de km0 y sin intermediarios siempre bajo el compromiso de la inserción laboral y atendiendo a valores que hacen de éste un mundo mejor.
Es cierto que mantener la sostenibilidad en sus tres niveles: medioambiental, social y económica, resulta ser un equilibrio delicado, pero imprescindible para tal fin.
Para conseguirlo se requieren políticas, procesos de trabajo y una cultura organizacional totalmente alineada a este modo de hacer empresa, dónde, desde los equipos de trabajo, pero también nuestros proveedores e incluso, nuestros clientes, procuramos avanzar decididamente hacia la sostenibilidad.
Nuestra empresa aborda decididamente los objetivos conjuntos que como sociedad nos hemos planteado para el año 2030, recogidos en los 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Nuestras decisiones de empresa persiguen alinearse a estos objetivos.
Nuestro compromiso se basa precisamente en este reto: aunar impacto social y sostenibilidad medioambiental y económica.
Quien emprende socialmente desde el mundo empresa, no lo hace a partir de una “oportunidad de negocio” sino de una “oportunidad de impacto”, es decir, que con nuestros productos y servicios podamos dar respuesta a problemas colectivos, tanto sociales como medioambientales. Sin olvidar, por supuesto, que la empresa social/sostenible, también tiene que ser rentable, pero no para ofrecer elevados dividendos a sus accionistas, sino para re-inventirlos en reforzar sus equipos humanos, procesos de trabajo, instalaciones y otras herramientas, para así, incrementar su actividad y con ello, su impacto y rentabilidad social y medioambiental.